Hace poco me di cuenta, recordé, lo poco que me conoce mi entorno. Estabamos entre amigos y no sé cómo surgió el tema, de cuando me operaron. No tenía ganas de decirlo, pero me di cuenta tarde. No es un tema que me guste mucho tocar ya que, según creo yo, es el causante de muchos problemas acarreados al día de hoy. Cuando dije que me habían intervenido dos veces noté como todos me miraron sorprendidos; fue en ese momento que recordé que de mí poco hablo, y que de mí poco saben. Será mi forma de ser, no lo sé. Hay gente que se pasa el rato hablando de sus problemas, de sus anécdotas marcantes del pasado. Yo no, para mí esas cosas pierden valor siendo lanzadas tan inconcientemente al exterior, y mi pasado fue lo suficientemente fuerte, tengo la certeza, a comparación de muchos otros de mi par, para ser pasado por alto. Yo sé que me hace mal cargar solo con todo, pero soy así; sólo busco que me alce un poco la persona que ponga mi vida por sobre la suya, como yo pienso poner la suya por sobre la mía.
¿Qué soñador estúpido, no?
¿Qué soñador estúpido, no?
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