Gracias a los fabricantes de normas. A los quebradores de espaldas.
A los autócratas sinceros. A los falsos demócratas.
A los constructores de paredes. A los pintores de líneas de conducta.
Gracias. Gracias nuevamente. A quienes tatúan números.
A quienes señalan con el dedo. A quienes calculan su codicia.
A quienes separan por color. A quienes mienten sonriendo.
Gracias. Muchísimas gracias.
Por favor, den un paso al frente, bajo los reflectores.
Los vamos a retratar. A inmortalizar. A agradecerles.
Vamos a grabar sus rostros en nuestro álbum de infamia.
Para que nunca olvidemos.
Para que nunca aceptemos.
¡Viva la Alegría!
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